La demanda se basa en el hecho de que Roulier, junto con Beatport y una agencia de djs con base en New York, AM Only, mantienen un monopolio de artistas clase A, en lo referente a su actuación en la ciudad norteamericana de Denver. De este modo, la gran mayoría de estrellas de la electrónica, por acuerdo con el gigante digital, solo actuarían en el Club Beta, precisamente propiedad de Roulier.Para añadir mayor tensión al asunto, Roulier y Christou son viejos conocidos. Christou fue el jefe de Roulier, para quién trabajó hasta el año 2007 como agente de contratación de artistas. Fue entonces cuando el discípulo decidió emprender su propia aventura con Beta. Ahora Christou reclama casi un millón de doláres a Roulier en concepto de pérdidas.
Es el caso de Dj Rap, una dj norteamericana que fue amenaza con ver sus dos sellos eliminados de Beatport si actuaba en algún club que no fuese Beta. Otros djs que parecen haber sido afectados son Sasha, Deadmau5, Dj Dan y Christopher Lawrence.
Este asunto hace plantearse ciertas cuestiones sobre el poder otorgado a las grandes empresas, las cuales pueden (y suelen) emplear estrategias poco limpias para alcanzar sus objetivos. Si EEUU se sigue reafirmando como el país del liberalismo capitalista más exacerbado y estas acusaciones se prueban ciertas, la lógica diría que Roulier saldrá perjudicado. Otra cosa es lo que pasará finalmente, donde la justicia medirá de nuevos sus fuerzas con el gran poder empresarial.
Via:mixside
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